Es imposible negarlo, en España, los embutidos son más que un alimento ¡son una forma de vida! La historia de los embutidos en nuestro país se remonta a la época de los romanos, que trajeron su propia versión del embutido cuando invadieron la Península Ibérica. Los romanos introdujeron las salchichas en España como una alternativa de conservar la carne de los animales de forma que fuera fácil de transportar y comer en los viajes largos. Los españoles siguieron produciendo salchichas después de la época romana, pero no fue hasta el siglo XIX cuando su popularidad se disparó.
Los embutidos españoles de hoy en día se siguen haciendo con carne vacuna o de cerdo, pero ahora también se rellenan con todo tipo de ingredientes. Ahora bien, es evidente que dada su propia naturaleza de fabricación, los embutidos tienden a preservarse por más tiempo en comparación con otras carnes; sin embargo, para que todas sus propiedades se mantengan intactas, es preciso apostar por una correcta conservación de estos productos.
La conservación de embutidos es un tema con mucha tela por cortar, por eso, hoy queremos revelarte esos consejos infalibles que te permitirán disfrutar de todas las propiedades de tus embutidos sin comprometer su calidad.
Es cierto que existen diferentes formas de conservar el embutido, pero no todas son eficaces; además, deben ir en consonancia con el tipo de producto. Por eso, queremos hacerte saber los mejores consejos para la correcta conservación de tus queridos embutidos en casa.
Los embutidos en lonchas son deliciosos, pero pueden estropearse rápidamente si no los tratas bien. Así que, presta atención a lo que debes hacer para conservarlos de forma correcta:
Los embutidos curados son una forma estupenda de conservar la carne, pero si quieres que duren más tiempo, tienes que evitar que se estropeen. He aquí algunos consejos para conservar estos embutidos en piezas enteras:
Si te decantas por el embutido cocido, debes saber que la manera correcta de conservarlo es muy parecida a la del embutido loncheado. En concreto, una vez que abres el paquete del producto, deberás cubrirlo con papel de plata o film transparente y llevarlo al frigorífico.
El tiempo de conservación será de unos 3 a 5 días; así que, lo más recomendable es no comprar más allá de la capacidad de consumo a fin de evitar su deterioro.
En el caso de los embutidos frescos como las salchichas, por ejemplo, puedes optar por conservarlas en la nevera si su tiempo de consumo será antes de los dos próximos días. Ahora, si buscas extender su conservación, lo mejor será congelar el embutido y así podrás mantener su calidad hasta por dos meses.
El consumo de un embutido congelado debe ser planificado, y es que, debes retirarlo del congelador y llevarlo a nevera con un día de anticipación para que recupere su frescura tal y como el día en que lo compraste.
Como consumidores, ¿qué características podemos observar en un embutido que no ha sido conservado de forma correcta? Afortunadamente, hay señales que pueden indicar que el embutido se ha estropeado.
Si aprendes a detectar estos signos antes de comer cualquier alimento dudoso, podrás prevenir una intoxicación alimentaria y ahorrarte muchas molestias gastrointestinales.
Si el embutido parece rancio, probablemente esté en mal estado. La carne rancia tiene un olor desagradable, un tinte amarillento en el exterior y un interior con capas pegajosas. Si notas uno o más de estos signos en tu producto, ¡tira el paquete inmediatamente!
El moho en la tripa es un signo evidente de deterioro y suele significar que las bacterias dañinas han crecido en el interior y han empezado a colonizar el embutido, lo que puede provocar una intoxicación alimentaria u otros riesgos para la salud.
Si notas una capa pegajosa en el embutido, puede ser una señal de que el producto está empezando a deteriorarse. Es importante tener en cuenta que esto también puede ser causado por el crecimiento de moho o levadura.
Es preciso fijarse en el olor del embutido; si el paquete desprende un olor extraño o putrefacto, es muy probable que algo haya ido mal en algún punto de la conservación.
También es importante prestar atención a los cambios de color; y es que, las manchas rosadas suelen ser un indicio de deterioro debido, directa o indirectamente, a la presencia de bacterias. Asimismo, si observas que tu embutido ha adquirido un color verde o marrón intenso, significa que no ha sido conservado correctamente.
Sin duda, los embutidos son parte de nuestra tradición; por tanto, un buen embutido, no sólo debe valorarse por la calidad de sus ingredientes, sino también por el correcto proceso de conservación.
Ahora, es momento de poner en práctica nuestros consejos y ¡a degustar de un buen embutido bien conservado!
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