La sal rosada del Himalaya es un ingrediente mineral que proviene de las montañas de Pakistán, específicamente de la mina Khewra, considerada una de las más puras de todo el planeta.
Es un producto que empezó a comercializarse con éxito en varios países de Europa, América y Asia, ya que su alto valor nutricional le brinda interesantes beneficios al organismo.
Contiene 84 compuestos saludables para el cuerpo y, además, es una fuente principal de electrolitos y oligoelementos que ayudan a mejorar el funcionamiento de varios sistemas vitales del cuerpo.
De hecho, por su interesante composición, tiene aplicaciones terapéuticas y cosméticas, en especial para relajar el cuerpo y renovar la piel.
Teniendo en cuenta que algunos aún desconocen sus bondades, en esta oportunidad queremos compartir sus 10 usos principales.
¡Conócelos!
Si bien la sal refinada es una causa principal de retención de líquidos, la sal rosada del Himalaya es un producto que contrarresta este problema.
Este beneficio se le atribuye a su aporte de hasta 10 tipos de oligoelementos diferentes que, al asimilarse en el cuerpo, ayudan a estimular las funciones que controlan el nivel de fluidos en los tejidos.
Una pequeña cantidad de sal del Himalaya diluida en agua puede servir como remedio alcalino para disminuir el exceso de acidez en la sangre.
Sus minerales esenciales ayudan a restablecer el pH natural del organismo, evitando reacciones inflamatorias y enfermedades crónicas.
Por su aporte de antioxidantes y electrolitos, este ingrediente natural es un aliado para aumentar el nivel de energía física y mental de forma natural.
Diluido en agua, o añadido en zumos y batidos, mejora la oxigenación de las células, fortalece los músculos y activa el cerebro para un óptimo rendimiento.
Al neutralizar la acción negativa de los ácidos en el sistema digestivo, esta sal orgánica ayuda a mejorar el proceso de absorción de los nutrientes de los alimentos.
Sus nutrientes fortalecen la flora bacteriana del intestino y mejoran la capacidad para separar y remover los residuos que el cuerpo no necesita.
Demasiado sodio en la dieta puede elevar los niveles de presión sanguínea y, por lo tanto, afectar el funcionamiento cardíaco.
Pese a esto, la sal rosada del Himalaya tiene la capacidad de controlar la hipertensión, dado que sus minerales regulan los niveles de sodio y estabilizan los latidos del corazón.
Por su acción relajante y antiinflamatoria, este ingrediente resulta idóneo para combatir la debilidad de las paredes y válvulas de las venas superficiales.
Los minerales que se absorben a través de la piel optimizan el paso de la sangre a través de las venas y capilares, evitando su irritación o dilatación.
Por otro lado, tiene la capacidad de mejorar las funciones del sistema linfático, evitando que las toxinas interfieran en la circulación.
Los minerales contenidos en este producto natural son útiles para mejorar el tratamiento de la migraña, incluso en cuestión de minutos.
Su asimilación en el organismo promueve la segregación de serotonina, una hormona que reduce el dolor y promueve el bienestar.
Esto, sumado a su efecto antiinflamatorio, calma la tensión de los músculos en la cabeza y disminuye las cefaleas.
La aplicación externa de estas sales diluidas en agua es un tratamiento alternativo que elimina el exceso de moco en las fosas nasales para controlar la congestión.
Sus minerales limpian los conductos obstruidos y, al disminuir la inflamación, alivia las dificultades respiratorias que acarrean.
Por su textura granulada, estas sales se pueden combinar con aceites esenciales o miel para disfrutar de un exfoliante natural con propiedades antimicrobianas y astringentes.
Su aplicación como mascarilla casera ayuda a limpiar los poros de la piel, removiendo los restos de sebo y células muertas que forman granos de acné.
Sus minerales nutren las células del rostro y favorecen la regeneración de los tejidos para evitar imperfecciones como las cicatrices y manchas.
Los oligoelementos de esta sal natural son un reconstituyente muscular que ayuda a prevenir y calmar los calambres.
Estos nutrientes relajan los músculos contraídos y, al mejorar el riego sanguíneo, impiden que se resientan durante las actividades de alto impacto físico.
¿Conocías estas propiedades de la sal del Himalaya? Ahora que sabes cuán buena es para tu cuerpo, procura adquirirla en el mercado y úsala como remplazo de la sal de mesa común.
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