El queso industrial se caracteriza por prepararse con métodos de microfiltración. Al trabajar con muchas piezas al mismo tiempo, el objetivo es producir quesos de forma rentable, creando una pasta de apariencia perfilada, brillante y blanca que se acompaña de aditivos y conservantes.
El queso artesano utiliza métodos ancestrales para elaborar cada pieza de forma individual, a partir de leche cuajada que sigue una maduración tradicional. La característica más importante de este queso es que es completamente natural y no lleva ningún aditivo ni conservantes.
Como vemos, las definiciones del queso artesano e industrial muestran algunas diferencias claras que merecen una mención. Veamos por qué el queso industrial es distinto al artesano:
Una de las diferencias más notorias cuando comparamos un queso industrial con otro queso artesano es que, si el primero tiene un olor a leche que es apenas perceptible, el segundo siempre viene acompañado de un aroma completamente distintivo, sea manchego o tierno.
El olor de los quesos industriales suele ser similar y difícilmente reconocible entre unos y otros. Esto no ocurre con los quesos artesanos: los quesos manchegos tienen un aroma intenso y perdurable, pero los quesos blandos se caracterizan por tener un aroma parecido al amoníaco.
Otro factor distintivo entre un queso industrial y artesano que merece la pena mencionar es el origen de la materia prima. Mientras que la preparación de cualquier queso industrial se puede hacer con leche que provenga de distintas regiones, esto no pasa con un queso artesano.
Todos los tipos de quesos artesanos que existen en el mundo se elaboran con materia prima nativa de la región original. En el caso de los maestros queseros, estos suelen recurrir a la leche de animales que se crían en granjas cercanas para mantener las propiedades clásicas.
Algunas sutilezas relacionadas con el sabor son muy diferentes cuando probamos un queso artesano y otro industrial. Los quesos industriales suelen caracterizarse por su sabor dulzón en comparación con los quesos artesanos, que son ligeramente ácidos y más intensos.
De hecho, hay algunos tipos de quesos artesanos con un grado de intensidad tan alto que rozan la sensación picante en el paladar, algo que no pasa al comer queso industrial. Estos tipos de quesos cuentan con una textura algo plastificada y un sabor menos potente.
La razón por la que los sabores entre quesos industriales y artesanos difieren tanto se debe al origen de la materia prima y a la calidad. Si un queso industrial se elabora con leche pasteurizada con poco sabor, los artesanos se elaboran con leche cruda y de calidad.
Una de las causas que hacen que los quesos industriales y los artesanos sean tan diferentes entre sí tiene que ver con el proceso de preparación. Por ejemplo, los quesos industriales dependen mucho del uso de maquinaria, pero los quesos artesanos no dependen tanto de ella.
Esto significa que los quesos artesanos se elaboran prestando atención a cada paso, tratando que la calidad de la textura, el sabor y el acabado sea fiel a la tradición. Aunque a veces se recurre a la maquinaria, los quesos artesanos siguen manteniendo sus características de sello.
La producción de los quesos industriales están pensados en masa y ahorrando los máximos costes, por lo que la calidad es inferior a la de un queso artesano. El proceso de elección de la materia prima y la maduración no es tan importante cuando se elaboran quesos industriales.
La apariencia de un queso artesano y un queso industrial también es visiblemente diferente. Cuando miramos un queso industrial, nos llama la atención su apariencia vistosa, agradable y estética, caracterizada por una textura brillante y blanca, perfilada con formas muy definidas.
Los quesos artesanos, en cambio, no tienen esta apariencia tan cuidada, entre otras cosas porque su textura es más rugosa y amarillenta y todavía conservan la corteza.
En algunos tipos de queso artesano, como el queso azul, observamos una mayor cantidad de moho, mientras que los quesos manchegos se caracterizan por tener agujeros irregulares que se reparten por toda la pasta, ligeramente grasienta y sin la flexibilidad del queso industrial.
El cuajo es diferente en un queso industrial y otro artesano. Mientras que los fabricantes de quesos industriales se valen de aditivos, conservantes y sustitutos químicos para provocar el cuajo genéticamente modificado, los maestros queseros emplean el cuajo natural animal.
Solamente en España existen más de 200 tipos de quesos diferentes, ya que es uno de los países que más variedades acogen en sus regiones. Mucha gente está de acuerdo en que el queso industrial, accesible en todo supermercado, no es comparable con un queso artesano.
El sabor y el aroma de cualquier queso artesano tiene una calidad superior a los quesos industriales, especialmente porque el proceso de elaboración de los quesos artesanos conserva el carácter, la intensidad y la textura propia de los mejores productos clásicos.
Ya sea un queso elaborado con leche de vaca, de oveja o de cabra, la procedencia de la materia prima de un queso artesano es propia de la región y esto permite que cada pieza se elabore con leche cruda. El resultado final es un producto de olor y sabor característico.
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