El queso es un gran complemento para cualquier comida porque añade sabor y textura. Puede comerse solo como aperitivo o desmenuzado sobre la ensalada o los platos de pasta; en fin, se trata de uno de los ingredientes básicos de toda cocina española.
Sin embargo, muchos subestiman la importancia de saber comprar un buen queso; y es que, no es secreto para nadie que la mayoría de las veces pasamos por alto un sinfín de detalles de este producto antes de comprarlo.
Aunque no lo creas, este error compromete el propósito de su consumo e impide que saques el máximo provecho de sus cualidades organolépticas.
¡No cometas más errores a la hora de comprar un buen queso! Presta atención al siguiente contenido porque te dejaremos saber todos los secretos de la mano de los expertos.
Comprar un buen queso puede resultar un poco abrumador dada la amplitud de variedades que se encuentran en el mercado español, y ni hablar del internacional. Por eso, para garantizar la mejor experiencia a la hora de degustar este producto, es imperante tener en cuenta ciertas consideraciones de cara a una buena elección:
No hay nada como el sabor de un buen queso, pero a la hora de comprarlo es importante saber de dónde procede, y la mejor manera de hacerlo es echar un vistazo a la etiqueta para verificar dónde se ha fabricado.
De esta manera puedes comprobar si el queso está hecho con leche de animales alimentados con pasto o no. Este es un factor importante que influye de forma directa en la cantidad de nutrientes del producto final.
Asimismo, puedes comprobar si el queso procede de una pequeña granja o de una granja industrial en caso de que tu intención sea colaborar con los productores locales.
¿Por qué deberías preocuparte por los ingredientes del queso? Un buen queso no es el de mayor coste o el más exclusivo, sino el que ofrece cualidades que te permiten satisfacer tus necesidades como consumidor.
Por tanto, en primer lugar, conocer lo que contiene el queso puede ayudarte a tomar decisiones informadas cuando se trata de tu salud. En segundo lugar, puede ayudarte a elegir mejor en cuanto a sabor y textura; y por último, te permite evitar ciertos alérgenos y otros ingredientes. ¡Recuerda que cada paladar es único!
grasa, o untuosidad, es lo que da al queso su sabor y textura; así que este es otro punto clave que debes tomar en cuenta la hora de comprar un buen queso. Para que tengas una idea más clara, existen cuatro categorías principales de queso en función de su materia grasa, Así que, toma nota:
Extragraso: Por lo general, se considera queso extragraso cualquier queso con un contenido de grasa superior al 45%. Este tipo de queso tiene un sabor fuerte.
Graso: El queso graso suele tener un 35% de grasa, pero puede oscilar entre el 30% y el 45%. Tiene un sabor más suave que el queso extragraso, y suele utilizarse en guisos, salsas y otros platos que buscan notas de sabor más sutiles.
Semigraso: Tiene un contenido de grasa entre el 20% y el 25%. No tiene un sabor tan fuerte como los anteriores, pero no deja de ofrecer un buen impulso de sabor a ciertas recetas como las salsas para pasta, por ejemplo.
Desnatado: Tiene un contenido de grasa inferior al 10% y es ideal para preparar aderezos o untar directamente.
Sin duda, tener conocimientos sobre estas características es de gran ayuda para dar en el clavo con un buen queso; sobre todo si tienes un negocio de restauración.
Todos sabemos que el color del queso es importante, pero ¿qué significa? De entrada, es una cualidad determinante de su aspecto. Sin embargo, no se trata de dejarse llevar por cualquier tonalidad, y es que cada color tiene su propio perfil de sabor, valor nutricional e información sobre su tiempo de maduración.
Por ejemplo, los quesos blancos suelen tener menos materia grasa y calorías que los amarillos; mientras que el queso de color azul suele estar más curado que otras variedades y tiene un sabor más intenso.
La corteza es una parte crucial del sabor del queso, y puede ayudarte a determinar si merece la pena comprarlo o no. En concreto, se trata de la capa más externa del queso y dice mucho sobre lo que ocurre en su interior.
Lo primero que hay que mirar es el color de la corteza. Si es blanca, significa que ha envejecido durante al menos tres meses y ha desarrollado una capa protectora. Esta capa mantiene alejadas las bacterias dañinas y ayuda a conservar el queso si se mantiene en un lugar fresco y seco.
Si hay agujeros o grietas en la corteza, significa que la humedad ha entrado en el queso y ha provocado la aparición de moho. Esto no debe tomarse a la ligera, ya que el moho en el queso puede provocar enfermedades.
Si buscas comprar un buen queso, es importante definir cuál será el propósito de consumo antes de comprarlo.
En primer lugar, considera la ocasión. ¿Se trata de un aperitivo con vino y tapas?, ¿una cena?, ¿una comida festiva? Si tu objetivo es utilizar el queso como ingrediente en la cocina, lo mejor será decantarte por algo que se funda bien sin perder sus propiedades y sin comprometer el equilibrio con el resto de ingredientes.
Saber para qué ocasión estás comprando el queso te ayudará a reducir las opciones y a dar con la variedad adecuada que combine bien con los otros alimentos que planeas servir.
¡Ha quedado claro! La mejor manera de comprar un buen queso es saber lo que quieres y lo que te gusta. Así que, esperamos que pongas en práctica esta guía y triunfes con la compra exitosa de un buen queso.
Ctra. Valencia, 60 bajo. Motilla del Palancar (Cuenca) - España
Project co-financed by the Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha